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El segundo anillo de poderA veces, cuando el forcejeo era demasiado violento, como en el caso del contacto con los aliados, o incluso, en el caso de encuentros con gente fuerte, el halo era agitado, cambiaba de color o se desvanecГa por completo. En circunstancias tales, lo Гєnico que se podГa hacer era, sencillamente, vomitar. Me sentГa mejor, pero no enteramente recuperado. Me dominaba una impresiГіn de cansancio, de pesadez en los ojos. Regresamos a la casa. Al llegar a la puerta, la Gorda husmeГі el aire como un perro y declarГі que sabГa cuГЎles eran mis aliados. Su aseveraciГіn, que de ordinario no hubiese tenido otro significado que aquГ©l de su alusiГіn, o aquel que yo quisiese atribuirle, tuvo la especial cualidad de un mecanismo catГЎrtico. Puso mi capacidad pensante en marcha a velocidad explosiva. De pronto, recobraron su ser mis procesos mentales habituales. Me vi brincando como si las ideas tuviesen fuerza propia. Lo primero que se me ocurriГі fue que los aliados eran entidades reales, tal como habГa supuesto sin osar admitirlo, ni tan siquiera para mГ mismo ...» |
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