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El Conocimiento SilenciosoLas lluvias limitadas del desierto no permitќan la existencia de plantas de follaje denso ni de malezas espesas. Sin embargo, el efecto visual del chaparral era de espesura impenetrable. Don Juan se movќa con extraordinaria agilidad; yo lo seguќa como podќa. SugiriЈ que pusiera m‘s cuidado al pisar y que tratara de hacer menos ruido, pues el crujir de las ramas secas bajo mis pies estaba delatando nuestra presencia. Trat™ deliberadamente de pisar en las huellas de don Juan para no quebrar m‘s ramas secas. Serpenteamos a lo largo de unos cien metros, y de repente, la enorme masa oscura del jaguar, apareciЈ a unos nueve o diez metros detr‘s de nosotros. Grit™ a viva voz. Don Juan, sin detenerse, se volviЈ con prontitud, a tiempo de ver que el enorme animal desaparecќa entre los arbustos hacia nuestra izquierda. ComenzЈ entonces a dar penetrantes silbidos y a palmotear fuertemente las manos. En voz muy baja, dijo que a los felinos no les gustaba bajar ni subir cuestas, y que por ello ќbamos a cruzar, a toda velocidad, el ancho y profundo barranco que se abrќa a unos cuantos metros a nuestra derecha ...» |
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